jueves, 15 de mayo de 2008

EL SECRETO DE MICHELE OBAMA

El secreto de Michelle Obama
Cuando conoció a su marido, ella era abogada y él becario. Incluso ahora, gana más que él como 'pez gordo' en el sistema hospitalario de Chicago | Franca, abierta y cargada de opiniones, Michelle es el motor de la candidatura de su marido y el vector que le conecta con los afroamericanos y la clase trabajadora | Su forma de expresarse la ha metido en más de un lío y, llegue o no llegue a la Casa Blanca, ya ha dejado huella

Agustín Alcalá | hace 11 horas | comenta| + 0 - 0 (0 votos)


Barack Obama y su mujer, Michelle, en Raleigh, Carolina del Norte, el 6 de mayo.
AFP Michelle Obama no quiere ser una primera dama decoradora como Jackie Kennedy ni la guardiana del Despacho Oval como fue Nancy Reagan ni tampoco seguirá los pasos de Hillary Clinton y hará política desde la Casa Blanca si su marido gana las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

Ejecutiva, moderna, madre de niñas pequeñas, aprovecha todos los días su cercanía física, intelectual y espiritual con el candidato demócrata para hacer de 'bombero' y apagarle los humos de grandeza que le rondan la cabeza. "Eres maravilloso y tienes muchas cosas extraordinarias... pero al final eres un hombre y como todos ellos no eres perfecto, Barack". Franca, divertida, con una lengua que cuesta a veces atar, Michelle LaVaughn Robinson Obama, de 44 años, pone a su familia en el primer lugar de su vida y Barack Obama está hoy donde está gracias a que ella le ha autorizado ser aspirante a la presidencia. La decisión final de presentarse como candidato fue de los dos y se tomó hace dos años después de que se resolvieran los asuntos que ella tenía en mente: la seguridad de su marido, su máxima preocupación, y la forma en la que cambiarán sus vidas.

"Yo no debería estar aquí, tan cerca de quizás convertir me en la próxima Primera Dama, porque soy una chica de clase medi abaja de Chicago, a la que dijeron en muchas ocasiones que no hiciera esto o aquello porque no era para mí". Por eso desoyó los consejos de sus profesores de la escuela pública del Sur de Chicago y a pesar de que tenía unas notas nada espectaculares decidió enviar su currículo a la universidad de Princeton, una de las más blancas y exquisitas de Estados Unidos y de la que se graduó en Sociología, en 1985.

La señora Obama se siente orgullosa de ser una representante de las madres multitaskers, ésas que tienen hijos, trabajan, van al supermercado, no descuidan a sus padres y tienen tiempo para comprarse ropa, mantenerse en forma y almorzar con sus amigas y salir al cine con ellas. La carrera electoral le ha hecho depender cada vez más de su madre, la abuela Marian, de 70 años, para cuidar a sus hijas y ella dedica tres días a la semana a hacer campaña con su marido. Pero antes de meterse "en este lío de la política que tanto detesto", como ha declarado, tuvo que trabajar muchas horas como abogada después de lograr su título de Derecho en la universidad de Harvard para pagarla deuda que acumuló durante sus años universitarios o para comprar su primera casa.

Ahora, y gracias a los libros que ha escrito su marido y a su salario anual de 210.000 dólares como gerente de un hospital de Chicago, ya no tienen deudas y residen en una

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