Cuántos caminos recorrerían tus pies cansados, cuantas veces se te habrá roto el corazón desde esa fecha aciaga de febrero del 2002 en que fuiste secuestrada, cuántas lágrimas por tus seres amados, pero cuánto valor para levantarte después de cada caída, para sobrevivir, para asirte a la esperanza. Ahora al escucharte dar gracias a Dios y reconocer que es un verdadero milagro estar en libertad, entendemos que solamente esa fe profunda en El, pudo mantenerte viva, soñando con la libertad y un mejor mañana para nuestra patria. Ingrid, Dios te tiene para misión grande,una misión de paz que salve a Colombia.
Tu conoces las dos Colombias, la de aquellos que lo tienen todo, y la de los otros, los que se debaten entre la miseria y el olvido de los gobiernos, aquellos que su única libertad es morirse de hambre, aquellos cuyos hijos mueren a muy temprana edad por no tener servicios médicos, aquellos desplazados que huyendo de la muerte la encuentran en cualquier camino, aquellos en su mayoría campesinos, víctimas inocentes de una guerra civil, que se ha incrustado como daga en la estructura de la patria.
Cuántos intereses mezquinos se mueven en este paredón oscuro: venganza, enriquecimiento ilícito, hambre de poder, vandalismo asesinato, narcotráfico, paramilitarismo, guerrilla, corrupción administrativa. Todos culpables, por acción o por omisión, todos actores de este drama y una victima: el pueblo!
Ya no podemos caer más profundo, hay que aprender de ti a levantarse, a aferrarse a la esperanza, a no odiar, a ser valientes y tomar la bandera de la paz.
Dios salve a Colombia! Las mujeres de la tierra estamos contigo.
ASI ES COLOMBIA
En cada rincón de patria hay esperanza
